Hacer pescado a la plancha suele ser complicado ya que es muy propenso a pegarse a la sartén. El caso del salmón a la plancha no es de los más difíciles ya que es un pescado bastante graso y con una textura más bien dura. Esto ayuda a que no se pegue.
Según sea vuestro gusto, lo podéis dejar más o menos hecho, a mi personalmente me gusta muy hecho por fuera y que siga estando jugoso. Para conseguirlo, tendremos que calentar mucho la sartén. Una vez esté hecho uno de los lados, le daremos la vuelta y bajaremos un poco la temperatura para que se acabe de hacer sin llegar a endurecerse.
Para ayudarnos a girar el pescado evitando romperlo, nos podemos ayudar de una espátula de hierro. Con ella también iremos rascando el fondo de la sartén cuando terminemos cada tanda de salmón.
Al finalizar, esperar a que se enfríe la sartén y lavarla con agua jabón y estropajo. Luego acordaros de lo más importante, secar bien y untar la superficie con aceite.
Si queréis comprobar como se porta la sartén de hierro haciendo salmón a la plancha, os he subido un vídeo en el canal de youtube para que podáis verlo.
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